
La incertidumbre que planteaba a Peñarol jugar el clásico de la segunda fecha frente a Nacional por el Torneo Clausura en el Campeón del Siglo sin hinchas. El título del Intermedio, en la final en la que empató (le pudo ganar) y en la que se impuso por penales. El mercado de pases más opulento de la gestión de Flavio Perchman. Las dificultades que tuvo Peñarol para reforzarse hasta último momento. El debut con goleada 5-2 de los tricolores ante City Torque y el triunfo ajustado de los aurinegros ante Progreso, en la primera fecha del Clausura.
La duda, un mes después de aquel partido en el Estadio Centenario, de si otra vez Peñarol podía llevarse por delante a Nacional desde el costado anímico.

La confianza que generaba este reforzado Nacional, que prometía salir a demostrar que sería protagonista desde el inicio en este semestre, en el que solo juega por el Clausura.
El pronóstico de Flavio Perchman (que veía ganador a Nacional por dos goles), porque tiene suficiente plantel como para pararse con otra autoridad futbolística frente a Peñarol.
Sin embargo, Diego Aguirre lo hizo otra vez.
Le dio una paliza futbolística a Nacional. Le pasó por arriba a la propuesta de Pablo Peirano. Lo demolió anímicamente y jugando al fútbol. Plantó a su equipo con una autoridad como hacía tiempo no se veía en un clásico. Y firmó una goleada que definitivamente le da un giro al segundo semestre de la Liga AUF Uruguaya 2025 en la que los tricolores se habían perfilado de una manera diferente a la que devuelve la realidad por estas horas.
Peñarol fue claramente superior. Le ganó en todos los aspectos y, sorprendentemente, dejó sin ninguna respuesta a Nacional.
Aguirre firmó una de esas derrotas que al triunfador le llenan el alma. Esto ocurre en la semana más importante del año, en la que empiezan la serie de eliminación directa con Racing de Argentina por octavos de final de la Copa Libertadores y con el claro objetivo de avanzar entre los ocho mejores de América.
La Fiera consiguió un triunfo formidable ante Nacional, incluso con el hándicap de que Leo Fernández aún no alcanzó el nivel que lo consagró como el crack de 2024. El 10 hilvanó el fútbol de su equipo, estuvo en todas las fases del juego, fue importante, pero no el mejor ni el desequilibrante del año pasado. Esto le permite creer al entrenador que este equipo aún no tiene techo y podrá seguir creciendo en sus aspiraciones.
Aguirre concretó una goleada tomando la decisión de poner al chileno Cortés en el arco. Utilizando a Emanuel Gularte como lateral derecho ante la ausencia por lesión de Pedro Milans. Los dos le respondieron de una forma increíble. El arquero salvando la pelota que marcó el partido y el polifuncional defensa con una asistencia y un gol, en tiempo agregado del primer tiempo (cuando más le duele al que recibe el tanto). Incluso, en un momento del partido el zaguero parecía Alvaro “Palito” Pereira en su mejor versión, en aquellos días inolvidables que el exfutbolista vivió con la selección.
También Aguirre recibió la actuación consagratoria de Ignacio Sosa, la figura del clásico y uno de los pilares de este Peñarol.
Tuvo, además de todo eso, ¡un equipo!

Un grupo de futbolistas que entendió su mensaje y le respondió anímicamente a la altura de lo que estaban jugando, aunque el cemento devolviera silencio y el entorno generara una sensación tan extraña como triste.
Entonces, cuando la paliza futbolística fue tan grande, la comparación inevitable coloca a Aguirre en un pedestal y a Peirano en el sótano. Porque el técnico tricolor no logró que sus jugadores entendieran la forma en que quería ganarle a Peñarol. Y los desconectó incluso de las emociones, porque Nacional fue una helada expresión. Para colmo, en el segundo tiempo también los desconcertó cuando pretendió el equipo (lo hizo tarde, debió salir a jugar el segundo tiempo con otro planteamiento) y con los cambios terminó con una formación tan desequilibrada que estuvo más cerca de una goleada histórica que de una remontada. Lo perdonó Diego García, cuando quedó mano a mano frente a Mejía y definió afuera, y Leo Fernández cedió lo que pudo ser otro gol de Peñarol de tiro libre en el final del partido.

Nacional la sacó regalada. Pudo terminar la tarde con una goleada más abultada.
Peñarol salió fortalecido para esta semana de sueños en la Libertadores y para este semestre en el que se empieza a perfilar para conquistar el Clausura y lograr un pasaje a las finales del año, aunque será cuesta arriba su recorrido con la doble competencia.
Finalmente, comprobó que su aspiración de conquistar en noviembre/diciembre el bicampeonato en el Uruguayo no está tan alejada. En los dos clásicos en un mes Peñarol le pasó un aviso a Nacional y a su entrenador. Cuando este equipo de Aguirre quiere puede como ya ocurrió el año pasado.
Noticia rastreada 9 de agosto 2025 - 01:30 CET @bostero.dev