
Peñarol le empezó a ganar a Rosario Central desde el armado del equipo que puso en cancha el entrenador Diego Aguirre. Cinco jugadores lesionados que llevaban varios partidos sin pisar la cancha se pusieron a la orden y un rumor se instaló tras la victoria: Leonardo Sequeira y Maximiliano Silvera jugaron infiltrados.
Javier Méndez se había lesionado el 8 de mayo contra Caracas, 20 días antes del partido que Peñarol le ganó el martes 2-1 a Rosario Central en el Campeón del Siglo para clasificar a octavos de final de la Copa Libertadores por primera vez desde 2011.
Leonardo Sequeira se había lesionado el 14 de mayo contra Atlético Mineiro, dos semanas antes del choque con los canallas.
Salió rengueando de la cancha aquella noche, llorando desconsoladamente y con un dolor visible en el posterior. En el clásico de la novena fecha contra Nacional se había desgarrado.
Maximiliano Silvera se había lesionado el 18 de mayo contra Defensor Sporting, apenas 10 días antes del partido. A diferencia de lo de Sequeira que fue un desgarro, lo de Silvera fue una distensión muscular.
Peñarol no reveló detalles de las lesiones, por una política interna que viene de la época de Jorge Barrera.
Diego Aguirre había dicho tras ganarle 3-1 a Progreso el jueves de la semana pasada que "Peñarol no tiene lesionados" y que todos iban a estar contra Rosario Central. Nadie le creyó. Llevaba semanas anunciado que Camilo Mayada iba a estar a la orden y nunca entraba en las convocatorias.
El único que quedó al margen ante los argentinos fue Guillermo De Amores, que se recupera de una lesión en el tendón de Aquiles.
Camilo Mayada y Javier Cabrera, se habían lesionado contra Danubio el 14 de abril. El Cangrejo regresó contra Liverpool pero solo aguantó un tiempo, el 3 de mayo.
Aguirre logró para el partido contra Rosario Central lo que no pudo lograr en las finales del Campeonato Uruguayo 2023 cuando heredó un plantel que perdió con Liverpool en las finales donde no pudo contar con todo el potencial por las lesiones de Abel Hernández y Damián García.
Hernández jugaba a cuentagotas en Peñarol, por su precario estado sanitario. Jugó la semifinal, anotó un gol y forzó las finales. La primera la miró de afuera. No estuvo ni convocado. En la revancha entró pero no pudo cambiar el panorama adverso.
García se perdió la final del Campeón del Siglo por una molestia muscular.
Para Aguirre, las finales se juegan, aún lesionado. Es el ADN de Peñarol, lo que mamó desde joven en el club cuando llegó desde Liverpool. Lo que le enseñó una historia ganadora.
Y con eso convenció a sus jugadores en el plantel que él armó para esta temporada.
"No había lesionados, no me creyeron, no vi que nadie creyera en esa posibilidad, pensaron que estaba escondiendo y les dije lo que pensaba, que iban a estar todos, porque este partido no se lo quería perder nadie, los vi notables a Maxi, Leo Sequeira, Cabrera cuando entró, Méndez que fue un león. También Gastón (Ramítez), todos con los que podía haber una duda, hicieron un partidazo", dijo el martes tras la victoria ante Rosario Central.
Aguirre volvió a mentalizar a sus jugadores de que en Peñarol las finales se juegan y que una lesión no puede sacar a un jugador clave de un partido clave. Méndez, Sequeira y Silvera pusieron mucho de sí. La sanidad encabezada por Daniel Zarrillo hizo su trabajo en silencio.
¿Qué dijo Ruglio al ser consultado sobre si Sequeira y Silveira fueron infiltrados?
El presidente Ignacio Ruglio fue consultado este miércoles por 100% Deporte que se emite en Sport 890 sobre si Sequeira y Silvera fueron infiltrados para jugar contra Rosario Central.
"Hicieron el máximo esfuerzo por estar", contestó Ruglio que dijo que Méndez solo pudo entrenar tres veces antes del choque con Rosario Central.
También mencionó que Gastón Ramírez se había sentido en la semana. Por eso Aguirre lo mencionó en la conferencia de prensa.
Ruglio remarcó que los jugadores hicieron un máximo esfuerzo. Pero no dijo si los jugadores fueron infiltrados o no.
Referí consultó con dos consejeros del club. "Sentí esa versión, pero no me lo confirmaron. No lo sabemos y esta semana no creo que haya consejo porque no dan los tiempos", dijo una de las fuentes consultadas.
El otro aportó: "Realmente no lo sé y no creo que lo sepamos por cómo está trabajando la sanidad de Peñarol, en silencio y con perfil bajo".
Lo cierto es que el esfuerzo de los Méndez, Sequeira y Silvera contagió a todos. También lo que aportaron Mayada y Cabrera cuando entraron. Los de al lado se rompieron el alma el doble al ver lo que daban los jugadores que estaban tocados.
Ese era el Peñarol que Aguirre quería. Este es el Peñarol que Aguirre armó y que tiene.