
Peñarol derrotó 2-1 a Rosario Central en el Campeón del Siglo, en partido correspondiente a la sexta y última fecha del grupo G de la Copa Libertadores. Con dos golazos de Leonardo Fernández el aurinegro logró la victoria y también romper la maldición de 13 años sin poder clasificar a los octavos de final del máximo certamen continental.
El entrenador Diego Aguirre se jugó en el armado del equipo con tres jugadores que se habían perdido los últimos partidos por lesiones musculares: Javier Méndez, Leonardo Sequeira y Maximiliano Silvera.
Primer tiempo de Peñarol vs Rosario Central
La jugada le salió notable al DT porque Peñarol fue muy superior en el primer tiempo.
El aurinegro presionó, impuso condiciones y jugó siempre cerca del arco rival.
El partido se abrió con un golazo de Fernández, tras una combinación con Pedro Milans y un notable enganche con el que dejó por el piso a Facundo Mallo.
Sobre el final del primer tiempo, se comenzaron a juntar Ignacio Malcorra con Jaminton Campaz, lo que cambiaría el trámite del juego.
Segundo tiempo de Peñarol vs Rosario Central
En el complemento, Rosario Central copó la cancha, se adelantó en el terreno de juego y pasó a dominar las acciones con la movilidad y el buen pie de Malcorra.
A eso se sumaron las subidas de Alan Rodríguez y los desbordes de Campaz por izquierda.
Una grosera falla en salida de Javier Méndez le permitió a Campaz recuperar arriba, rematar de distancia y a Agustín Módica empatar tras un rebote largo de Washington Aguerre.
El empate puso la clasificación del manya en riesgo.
Pero entonces, apareció nuevamente Fernández con notable escapada por derecha, combinación con Silvera y Javier Cabrera (relevo en el entretiempo del capitán Gastón Ramírez) y gol tras una acción combinativa excelente.
La suerte del grupo quedó echada.
Rosario Central salió a la caza de Leo Fernández. Méndez elevó la temperatura con una patada innecesaria. Aguerre realizó gestos provocadores. Pero el resultado no se movió.
Peñarol se clasificó a los octavos de final. Otra vez de la mano de Diego Aguirre.









