
Cada día es más común ver a deportistas entrenando o compitiendo con GPS. Observar a técnicos que miden saltos, resistencia. Cada vez más los atletas de elite son acompañados por un amplio equipo de trabajo, mientras el mundo del deporte gira en torno a la incorporación de tecnologías que impactan en la preparación de los atletas.
¿Y en Uruguay? Biguá trabaja desde hace tres años enfocado en la forma de generar el crecimiento de sus deportistas federados en las ocho disciplinas que compite. ¿De qué forma? Integrando la ciencia en el deporte, que generó como área dentro del club.

El club realizó la presentación en una ceremonia en la que participaron autoridades del deporte.

El gerente deportivo de Biguá, Martín Campodónico, explicó la forma en que implementaron la evaluación deportiva, que articulan entrenadores, preparadores físicos, nutricionistas, psicólogos, médicos deportólogos, quienes trabajan en torno a los deportistas.
Tres veces al año, al comienzo, a mitad de temporada y al final, estudian a 800 deportistas de ocho disciplinas (básquetbol, hockey sobre césped, tenis, gimnasia artística, vóleibol, waterpolo, natación y natación artística), que compiten por el club.
“Desde la etapa de captación más temprana, como ejemplo gimnasia artística, natación artística, que empiezan a captar a los 5 o 6 años, hasta los más tardíos, deportes más técnicos como el hockey, el vóleibol, o en deportes individuales de tiempo y marca como natación, deportes de equipo, de pelota, cada uno tiene su particularidad y lo que buscamos es adaptar un sistema de evaluación a las diferentes etapas de desarrollo evolutivo de los deportistas, partiendo de la base que no es lo mismo el hombre que la mujer, y al mismo tiempo poder entender esa deformación natural que ocurre en el cuerpo a partir de la adaptación que genera para cada uno de los deportes y acompañarlo para llegar a ese máximo rendimiento deportivo”.
Con la ciencia aplicada al deporte lo que está consiguiendo Biguá en este tiempo es lograr lo máximo de cada uno de sus atletas.

“Vamos a poner un ejemplo. La plataforma de fuerza evalúa la fuerza que tiene el deportista para realizar un gesto. Entonces, a partir de esa información vamos evaluando cómo planificamos en torno a esa evolución para el deportista. Tomamos como relación la media de la categoría pero al mismo tiempo lo que buscamos es que cada deportista tenga una experiencia que se pueda ver en colores, verde, amarillo y rojo, para poder tener siempre el objetivo de mejora continua. En relación a la calidad del movimiento, lo que buscamos también es ver cómo esa evaluación funcional se adapta a cada deporte. No es lo mismo la flexibilidad de un jugador de básquetbol, que la de una gimnasta. Lo que buscamos con la evaluación funcional es adaptarlo a la característica del deporte y que lo que se exige el deporte sea objetivo en relación a esa evaluación”.
Biguá trabaja con todos sus deportistas desde los más pequeños hasta los de elite sobre la información de GPS, plataforma de fuerza, acelerómetros, encoder, fotocélula, cámaras de análisis de vídeo. Análisis de datos, evaluación y monitoreo.
"Lo innovador es poder articular sistemáticamente a todos los profesionales de la tecnología y a los científicos de referencia en un mismo proceso. Lo novedoso de Biguá es que nosotros lo desarrollamos para ocho deportes sistemáticamente y tiene la capacidad de poder adaptarlo a diferentes deportes. Entonces, una vez que generaste valores normativos del primer año, el segundo, el tercero, podés empezar a hacer investigación y comparativa”, explicó y así siguió la charla con Campodónico:

¿Investigación de qué tipo?
En Uruguay tenemos un modelo reactivo de gestión. Por lo general siempre tomamos datos que vienen del exterior, no tenemos valores normativos de nuestros propios deportistas. Te pongo un ejemplo, yo soy preparador físico de básquetbol, entiendo lo que mi entrenador quiere para mí, entiendo lo que la liga me exige, entiendo alguna evaluación diagnóstico y ahí terminó. Lo que hoy generamos nosotros son valores normativos nacionales, el preparador físico va a poder comparar cuánto salta un jugador, cuánto corre, a qué intensidad en Uruguay, y ya no solo tendrá como referencias medidas internacionales. Entonces, cualquier preparador físico a partir de que esto se siga sosteniendo en el tiempo, va a poder tener certificados por revistas de relevancia en base a un proceso científico de información para poder comparar con su propio proceso y sus propios clubes. Y poder comparar, por ejemplo, a nivel nacional, cómo se comporta nuestro jugador en básquetbol, de vóleibol o nuestros nadadores.

¿Cómo nace esta idea? ¿Por qué y desde cuándo?
Esta idea, como todo, no es de una persona sola sino del trabajo en equipo. Cada comité olímpico de países de referencia tiene todo esto ya implementado al detalle. Tienen presupuestos mayores, tienen muchos desarrollos. Para estar en la vanguardia tenés que hacer I+D, innovación más desarrollo. Nosotros en Uruguay, para poder llegar a esa etapa, hoy estamos recorriendo ese camino. Hace tres años que estamos trabajando en el proyecto. Empezamos el primer año con deportes de equipo de pelota y después con deportes de tiempo y marca como en el agua. Hicimos una fase de prueba, analizamos los datos, cómo los guardamos, cuántas veces los tomamos, porque una coma o un punto cambia el dato. Quisimos traer mucha tecnología y los PF se vieron desbordados por tener tanta información, entonces hoy estamos en un proceso más lento. En vez de tener un equipo de evaluadores, todos los PF evalúan y están desarrollados por igual. Todos saben manejar todo. La plataforma de fuerza, los encoder, los acelerómetros.
¿Esto tiene un costo elevado?
El costo para el club no es tan elevado porque hemos generado partners con diferentes marcas en relaciones ganar-ganar, en los cuales tenemos las mejores marcas de toda tecnología con base en Biguá.
¿Hablaron con el Comité Olímpico para desarrollarlo también?
Sí, hoy ya lo estamos trabajando.
En un proceso inverso a lo que ocurre en el mundo, en este caso desde los clubes hacia el comité olímpico.
Actualmente estamos trabajando con la dupla de beach volley masculina, que va al mundial y que no son de Biguá, o con dos deportistas que fueron a los Juegos de Odesur. Tenemos un PF que está trabajando voluntario con ellos. Tenemos nutricionistas y psicólogos también. Los evaluamos sin ningún tipo de costo a todos ellos. Les damos los resultados y ellos planifican y articulan la preparación para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 a través de todo el proceso que estamos haciendo acá, ahora. Ahí tenés un ejemplo bien claro de cómo materializarlo.
Noticia rastreada 3 de octubre 2025 - 01:00 CET @bostero.dev