El triunfo que la selección uruguaya logró el martes ante Venezuela representó para los futbolistas y para el entrenador Marcelo Bielsa la plataforma de despegue para volver a transitar en el nivel que Uruguay prometía bajo la gestión del argentino, en este proceso clasificatorio para el Mundial 2026.
La selección podrá terminar las Eliminatorias segundo, si gana los dos partidos que le quedan (Perú y Chile en setiembre) o, en el peor escenario y casi imposible, en el más oscuro de los escenarios irá al repechaje.

Lo que ocurrió el martes representó un alivio para la selección y recuperar el ADN de Bielsa, y eso permitió que la celeste volviera a latir luego de un año en el que se hundió en una indisimulable crisis que lo arrastró por los rendimientos individuales y colectivos más bajo del actual proceso de la celeste que comenzó en mayo 2023.
Uruguay volvió a latir y se encontró con estas buenas señales:

En este nuevo escenario, la selección comienza a encontrar razones para entender que vuelve a volar en un nivel futbolístico que le invita a soñar con el resurgir del plan del Bielsa, del fútbol de propuesta del entrenador argentino y de la capacidad de estos jugadores de terminar de preparar el camino hacia el Mundial con rendimientos que le permitan albergar esperanzas de hacer un buen Mundial.
Noticia rastreada 11 de junio 2025 - 01:00 CET @bostero.dev