Es ingeniera eléctrica, pianista, profesora y goleadora. Martina Barreiro, referente del handball uruguayo, Después de dos temporadas, sumó otro gran logro en su carrera deportiva al consagrarse campeona de liga en Italia, con Salerno.
Formada en Goes, Barreiro, de 28 años, probó suerte por primera vez en Italia en la temporada 2019-2020 en Handball Erice, de Sicilia. Tras un torneo de ascenso interrumpido por la pandemia, en 2020-2021 jugó en la máxima categoría italiana. La aventura se vio cortada por una rotura de ligamentos de la rodilla.
"Luego de esa experiencia volví a Uruguay para recuperarme. Fue un proceso largo y desafiante, donde pude volver a jugar con Goes durante una temporada y media. También participé en la Libertadores 2022 con Layva y en 2023 con Goes. A su vez, con la selección uruguaya competí en los Juegos Odesur de Asunción y en el Sur-Centroamericano en Buenos Aires, en 2022. En ese momento surgió la oportunidad de ir a un club como Salerno, con historia, grandes ambiciones y un gran proyecto que me implicaba, visto que ya me conocían por haber jugado con Erice previamente. Sentí que era el momento justo para dar el paso y volver a Italia. Normalmente la temporada empieza en setiembre y la pretemporada en agosto. Decidí aplazar mi llegada a Salerno por un mes ya que con la selección teníamos el repechaje en República Dominicana en agosto donde conseguimos la clasificación a los Juegos Panamericanos de Chile (2023)", contó Barreiro a Referí.
En Asunción 2022 se consagró como la máxima goleadora del evento donde Uruguay fue cuarto.
En 2023 volvió a Italia y esta fue su segunda temporada en Salerno, coronada con el Scudetto.
"Desde el inicio este club siempre el objetivo es claro: poner a Salerno en lo más alto. El equipo se formó con una combinación de jugadoras jóvenes, principalmente italianas, muchas con experiencia en la selección, y otras más experimentadas del extranjero, con trayectoria en competiciones internacionales. Desde la pretemporada se trabajó con mucha intensidad, con la mira puesta en los dos títulos locales: la Coppa Italia y el Scudetto. A eso se sumó la participación en la EHF Cup, donde el objetivo era llegar lo más alto posible y competir de igual a igual con grandes equipos de Europa. Además, el club en un momento apostó fuerte por una identidad de juego clara, trayendo a dos técnicos franceses que marcaron el estilo y la dinámica de juego que se buscaba dentro del equipo", reveló.
Italia es una potencia menor en Europa, pero Francia es una selección top europea, mundial y olímpica, tanto en hombres como en mujeres.
"Tuvimos una gran mezcla en las dos temporadas: italianas, danesas, noruegas, suecas, eslovacas, portuguesas, macedonia, y latinoamericanas (de Brasil, Argentina y yo de Uruguay). Las nórdicas tienen una manera de comprender el juego muy táctica, que es un placer observar y aprender, además de una profesionalidad admirable. Las italianas conocen el campeonato de años y tienen ese plus de experiencia local; y muchas jóvenes tienen talento con gran proyección. Las latinoamericanas, por nuestra parte, solemos ser muy versátiles, nos adaptamos rápido a los cambios de ritmo, de posición y somos fuertes en defensa, y eso también aportó muchísimo al equipo. Pero más allá de lo individual, este logro fue totalmente colectivo, cada una aportó en su rol y eso fue clave para conseguir el campeonato".
Armadora izquierda en la selección, Barreiro jugó de puntera en su equipo: "Roté en algunos partidos según las necesidades tácticas, pero generalmente jugué de extremo. En el rol que me tocó, sentí que pude aportar tanto en defensa como en ataque, y también en la construcción colectiva del juego. Siempre intenté estar a disposición del equipo, adaptándome a lo que el momento requería y dando lo mejor de mí en cada partido y entrenamiento. Considero que construir desde los entrenamientos y actividades de grupo respaldan el proceso y fortalece al equipo, fundamental para llegar a las instancias decisivas preparadas".
El campeonato italiano se compone de 12 equipos que juegan partidos de ida y vuelta en fase regular, es decir, 22 encuentros, y luego se disputan los playoff al mejor de tres juegos. "En la temporada pasada llegamos hasta la tercera semifinal. También jugamos dos partidos por Supercoppa, dos por Coppa Italia y y seis en la EHF Cup, el torneo continental.
"En esta temporada jugamos 27 partidos por el campeonato, ya que la final se definió en el segundo encuentro, luego de empatar el primero en Erice y ganar en casa. En dos oportunidades durante la fase regular no pude terminar el partido por contusión, siendo un deporte de contacto puede pasar", contó Barreiro.
La uruguaya marcó 71 goles en la temporada pasada y 86 en la 2024.2025 donde su equipo fue campeón.
"En la Coppa Italia tuvimos un muy buen campeonato. En cuartos de final eliminamos a Ariosto Ferrara (de Noelia Artigas y Fernanda Marrochi), que venía en crecimiento y haciendo un muy buen campeonato. Después logramos una victoria contundente frente a Pontinia en semifinales, un equipo fuerte con el que habíamos perdido en fase regular, así que fue una revancha importante. En la final nos tocó enfrentarnos a Erice, y fue un partido muy parejo que se terminó definiendo en los últimos minutos. Perdimos por dos goles y ellas se consagraron campeonas. Nos quedó esa espina, pero también nos dio impulso para seguir trabajando y creciendo como equipo para llegar con más fuerza al tramo final del campeonato", explicó.
"La definición fue muy pareja y competitiva hasta el final. Principalmente con cinco equipos de gran nivel que definían las primeras posiciones, y eso nos obligó a mantenernos firmes partido a partido hasta el final. Terminamos la fase regular en el tercer puesto con 36 puntos, detrás de Erice (42) y Pontinia (38), y por encima de Cassano Magnano (34). Esa ubicación determinó el orden de los playoff. Nos tocó jugar dos semifinales y la final en apenas una semana, con dos viajes de visitante incluidos. En la primera semifinal arrancamos perdiendo, pero logramos reponernos y ganamos los dos siguientes partidos para lograr la clasificación a la final. Durante la fase regular habíamos perdido ambos partidos contra Erice, uno frente a Pontinia y otro en la primera ronda contra Cassano en casa. Creo que la clave estuvo que en los momentos decisivos, supimos aprender de esas derrotas y fortalecernos como equipo", dijo Barreiro.
"Los playoff se vivieron con una intensidad tremenda. Cada detalle contaba, manejar la presión, y el cansancio fue fundamental. El último partido, el sábado en casa, luego de conseguir el empate en Erice fue una verdadera fiesta. Ganar esa final de locales, frente a nuestra gente, y levantar el trofeo fue una emoción difícil de describir, sabiendo todo el esfuerzo que habíamos hecho para llegar a esa instancia. Algo que me gustó fueron las palabras del técnico previo entrar en campo donde dijo hoy solo se permite reír, disfrutar porque nos ganamos estar acá y será una gran fiesta en casa con nuestra gente. Al final fue un cierre perfecto e inolvidable para una temporada durísima", dijo emocionada.
"Esta temporada fue realmente muy completa para mí desde todo punto de vista. Estuve presente desde la pretemporada, algo que me permitió integrarme al grupo desde el inicio y trabajar con continuidad. A diferencia de la temporada anterior, no me perdí ningún partido por compromisos con la selección, ya que la competencia se ajustó a las fechas IHF, lo que permitió compatibilidad entre calendarios. A nivel europeo, no logramos avanzar tanto en la EHF Cup como el año anterior, pero en la competencia local tuvimos una muy buena campaña creciendo partido a partido. Obtuvimos el décimo Scudetto para Salerno, lo que nos permitió alcanzar la Stella, símbolo de excelencia deportiva en Italia. Ese décimo título coloca a Salerno como el único equipo del sur en lograrlo y el tercero en la historia del handball italiano en alcanzarlo, junto a Trieste en la rama masculina y Cassano Magnago en la femenina. Fue un logro colectivo enorme y un orgullo haber formado parte de algo tan significativo para el club y la región", explicó.
"Salerno es una ciudad hermosa, con una energía especial. Me sentí muy bien desde el principio, tanto con el club como con la ciudad y su gente. Las vistas al mar Tirreno son increíbles, y ese aire costero para mí siempre tiene algo que me transmite serenidad. Fue mi hogar por dos años, y me llevo un montón de recuerdos y personas que marcaron mi vida. Aprendí que a veces un hogar puede ser también un lugar de paso, y eso fue una gran enseñanza. Me voy sabiendo que una parte de mí va a estar siempre ligada a Salerno, a su gente y al club", dijo marcando el cierre de un ciclo.
El retorno a Goes con un Máster en Ingeniería Biomédica
"Ahora me estoy tomando unas semanitas de vacaciones para descansar y recargar energías. Luego vuelvo a Uruguay a jugar con Goes, el club donde jugué durante muchos años, y que siempre me abrió las puertas. Estoy con muchas ganas de seguir creciendo, compartir lo aprendido y disfrutar del juego en casa. Además, esta temporada fue muy especial porque finalicé mi Máster en Ingeniería Biomédica en la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU)", reveló.
"Mi tesis se tituló 'Aplicación de la electromiografía de superficie en la dinámica del movimiento humano', y estuvo enfocada en el deporte profesional femenino. Fue una experiencia muy enriquecedora, porque me permitió unir mis dos pasiones la ingeniería y el deporte. Analicé la coactivación muscular del cuádriceps (recto femoral, RF) y del isquiotibial (bíceps femoral, BF) en jugadoras de handball durante la flexo-extensión y el aterrizaje unipodal. En búsqueda de contribuir a mejorar la calidad del entrenamiento, el rendimiento y la seguridad deportiva en el handball profesional femenino. Estos dos años fueron de muchísimo aprendizaje, tanto en lo deportivo como en lo académico y lo personal. Ahora siento que es momento de volcar parte de esa experiencia en Uruguay y seguir construyendo desde ahí, con un enfoque siempre en el crecimiento del deporte femenino en el país y deseando obviamente formar parte del sueño mundialista", expresó Barreiro.
El desafío del Mundial: un sueño colectivo
En diciembre del año pasado, en Niterói, Uruguay se volvió a clasificar a un Mundial de handball en femenino, después de 14 años. El torneo se jugará entre noviembre y diciembre en Alemania y Países Bajos. Uruguay se enfrentará en el grupo al local Alemania, Islandia y Serbia, tres mega potencias.
"El Mundial es un desafío hermoso, que venimos persiguiendo y construyendo desde hace muchos años, con muchísimo trabajo y sacrificio. Sabemos lo que implica competir desde el deporte amateur en Uruguay, y todo lo que cuesta llegar a una instancia de este nivel. Conectar ese esfuerzo con la felicidad es, sin dudas, una de nuestras grandes fortalezas. Es lo que nos mantiene con hambre de superación, con ilusión y con ganas de ser mejores cada día. Pero también es fundamental que ese esfuerzo sea acompañado", manifestó
Barreiro marcó así algunas condiciones mínimas que deber tener la preparación al Mundial: "Debemos trabajar en mejorar la infraestructura y brindar condiciones seguras para la práctica deportiva que respalden los procesos. Si seguimos construyendo paso a paso, no tengo dudas de que el deporte en Uruguay va a seguir creciendo, porque hay mucho talento y ganas de hacer. Espero que este gran momento que está viviendo el handball femenino uruguayo con la clasificación al Mundial, la clasificación de la selección junior a los Juegos Panamericanos Junior 2025, y el título de Layva en la Copa Libertadores sea un motor para seguir impulsando el crecimiento del deporte femenino. El Mundial no es solo un objetivo deportivo sino un sueño colectivo. Y espero que sea un paso más hacia un futuro con más oportunidades, más visibilidad y más respaldo para todas las deportistas en Uruguay".
Noticia rastreada 31 de mayo 2025 - 10:15 CET @bostero.dev
