
El título histórico del París Saint-Germain en la Liga de Campeones tiene un protagonista claro: el entrenador Luis Enrique, que con unos métodos exigentes y una gran ambición ha cambiado todo en el club, diez años después de haber hecho ya campeón de Europa al Barcelona.
Antes de la victoria sobre el Inter de Milán (5-0) en la final de este sábado en Múnich, Luis Enrique ya era el rostro de un equipo que pasó la página de la era de las superestrellas, cuando Kylian Mbappé, Lionel Messi o Neymar atraían los focos.
Luis Enrique, que tiene 55 años, llegó hace 24 meses a la ciudad de la Torre Eiffel y se ha ganado ya un lugar eterno en la historia del PSG y del fútbol francés.

En la Champions que ganó en 2015 su protagonismo parecía mucho menor, eclipsado por el 'glamour' del tridente 'MSN' (Messi, Suárez, Neymar): "El trabajo que hice en Barcelona fue excepcional, pero decían que con aquel equipo era fácil y no lo era", reivindicó el técnico asturiano sobre aquel éxito de hace una década.
En París todo fue distinto y se le dio carta blanca para cambiarlo todo a su llegada a mediados de 2023, como líder de la revolución que los directivos querían.
El presidente Nasser Al Khelaifi y el consejero deportivo Luis Campos optaron para su proyecto por él, un hombre de fuerte carácter, y le otorgaron un poder que no tuvo nunca antes un entrenador del PSG en los años de la 'era catarí' del club.
"El que encarna mejor el proyecto es el entrenador. Tiene las llaves y la copia de seguridad. Tiene una legitimidad auténtica, sabe lo que quiere", explicaban en el club cuando Luis Enrique aterrizó en el Parque de los Príncipes.
Presión constante
Una de las obsesiones de Luis Enrique ha sido la nutrición. Reclamó y obtuvo pronto "una máquina de 15.000 euros que detecta todos los parámetros fisiológicos, por la que los jugadores pasan una o dos veces por semana", cuenta una fuente cercana al club.

El público francés descubrió pronto cómo era su idea de juego, basada en la posesión y el 'pressing', pero también su fuerte temperamento, sus manías y su intención de ser "fuerte con los fuertes" en el vestuario, sin dejarse comer el terreno por ningún jugador.
Ni siquiera Kylian Mbappé, que jugó su última temporada en el PSG, antes de irse al Real Madrid, en la que fue la primera campaña de Luis Enrique en el PSG.
En un documental se vio a Luis Enrique sermoneando a Mbappé, que permanecía impasible. Cuando el atacante francés anunció su salida del club, Luis Enrique no dudó en dejarle en el banquillo en varias ocasiones en el tramo final de la pasada temporada 2023-2024.
"Hacer cohabitar a grandes jugadores con Luis Enrique es difícil", subraya la fuente del club anteriormente citada.
En octubre del año pasado estalló por ejemplo una crisis con Ousmane Dembelé por un retraso en el entrenamiento. El jugador incluso se quedó sin el desplazamiento a Londres para un partido ante el Arsenal en el torneo europeo.
Dembelé habló en abril, meses después, de la presión constante a la que somete el entrenador a los jugadores: "Nos dijo que si no presionamos, si no defendemos, alguien nos quitará el puesto, así que todos debemos defender".
Pero Luis Enrique no solo aplica mano dura, sino que también sabe motivar a sus jugadores y extraer lo mejor de ellos. Así hizo con Dembelé al resituarlo como falso 9 a partir de diciembre de 2024, lo que terminó convirtiendo al exjugador del Barcelona en el hombre-gol de este PSG.
Obsesión
"Luis Enrique es capaz de hacer progresar a cualquier tipo de jugador", insiste una persona cercana a la dirección del club.
'Lucho' habla a los jugadores diariamente, acompañado a menudo con el psicólogo Joaquín Valdés.
"Cuando llegó, aportó su ADN. Poco a poco ha conseguido mejorar nuestro juego", admite el capitán del PSG, Marquinhos.
"También ha trabajado mucho el aspecto mental, la motivación, la preparación, la actitud de los jugadores. No es solo un entrenador que dice que hay que hacer esto o aquello. Nos ha mostrado el camino. No habla únicamente de fútbol, es más que todo eso", añade el brasileño.
Luis Enrique asegura que su "obsesión" es "ayudar al máximo a los jugadores". La primera Copa de Europa del PSG le ha dado la razón.
El recuerdo para Xana, la hija fallecida de Luis Enrique
En medio de los festejos, el entrenador español tuvo un momento de mucha emoción al ver la tribuna de PSG.

Los hinchas desplegaron una bandera que recrea una imagen del DT junto a su hija Xana, la pequeña fallecida en 2019 a sus 9 años de edad.
"A mi hija le gustaba mucho las fiestas y estoy seguro que, donde está, sigue haciendo fiestas..."
— SportsCenter (@SC_ESPN) May 31, 2025
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Noticia rastreada 31 de mayo 2025 - 00:18 CET @bostero.dev