
El reloj marca la hora 15 de una tarde de otoño y todo transcurre rodeado del sonido de la naturaleza en un predio de 16 hectáreas, a 25 minutos en auto del Centro de Montevideo, que en marzo de 2014 Liverpool compró para montar su Complejo Deportivo La República.
Una de las habitaciones de la casona, que sigue en pie, de la vieja explotación de árboles citrícola, se transforma en el lugar de reuniones. El director deportivo de Liverpool, Gustavo Ferrín, recibe a todos los entrenadores de formativas para planificar los trabajos de la tarde.
De pronto el silencio empieza a cambiar.
Los técnicos acomodan todos los elementos para el entrenamiento y por el camino de balastro de la calle llegan dos ómnibus cargados de jóvenes ya listos para la práctica. Entonces, el silencio se transforma en ruido de los tapones de los calzados golpeando sobre la platea que rodea a la vieja casa, mientras uno a uno van pasando todos a saludar con un beso a Ferrín.
Desde que el director deportivo llegó en julio de 2019 a Liverpool, el club ganó 10 títulos y se transformó en el tercer grande del fútbol uruguayo, pero, por encima de todo, se enfocó en formar personas que trasciendan al deporte, para que los cracks que brillen en las grandes ligas crezcan con raíces sólidas y aquellos a los que el fútbol no los abrigue, les deje la experiencia de haber crecido con hábitos sanos y de respeto.

Finalmente, después que los jóvenes talentos se encaminan para una de las canchas y posan frente al fotógrafo, rodeando a quien hoy les enseña sobre la vida y el fútbol, el director deportivo negriazul se abre para una charla en donde la emoción queda a flor de piel.
¿Recordás el día que llegaste por primera vez a Liverpool? ¿Cómo fue?
Sí, me acuerdo que vine aquí, a la República, con Papa Pezzolano. Ese día estaba con un poco de temor porque no pensaba aún ocupar el rol que me ofrecían (como director deportivo), y lo que hice, que creo que resultó inteligente, fue buscar un diagnóstico de situación, ver qué era lo que estaba pasando y fui tal vez un buen observador de la situación. Acepté el desafío porque tenía libertad absoluta y la posibilidad de explayarme acerca de cómo creía que se podía avanzar, y fuimos buscando algunas cosas que a veces no son tan agradables para empezar a ordenar. Tenía claro que debíamos seguir una política deportiva, metodológica, en la que estuvieran mancomunadas todas las divisionales con Primera División, sobre todo que no existiera una Quinta Fútbol Club o una Cuarta FC, como suele ocurrir a veces. Buscamos un equipo de trabajo que acompañe, en el que los intereses sean fundamentalmente institucionales. Aprendí en mis años de Defensor que el valor principal para trabajar en juveniles en donde, lo digo modestamente, tuve muy buenas campañas y me llevaron a la selección, es el agradecimiento a los jugadores, porque yo nunca vi que nadie me fuera a ver a los entrenamientos, pero toda la gente decía, ‘qué bien que entrena’, ‘qué bueno son los entrenamientos de Ferrín’, y nunca iba nadie a verlos. Esto quiere decir que los jugadores eran los que estaban felices con lo que hacían, se sentían seguros, porque progresaban, y en ese momento dije, ‘voy a hacer lo mismo acá’. ¿Qué era lo mismo? Tratar de no convencer a la gente, porque tendría que sacar al entrenador de sus líneas de pensamiento, y cuando eso ocurre es como cortarle las piernas y los brazos, entonces debía tener la habilidad de encontrar gente que se asociara a esta propuesta y que alimentara y facilitara a largo y mediano plazo a la Primera División.

¿Qué plazos estableciste para avanzar en ese proyecto?
Tengo muy claro que hay cosas que no se pueden hacer en forma inmediata. Incluso le dije a mi familia que no tenía muchas ganas de salir del país y que, para asumir en un cargo como el que me ofrecían, tenía que pensar en el largo plazo. En el momento que acepté sabía que difícilmente volvería a dirigir porque me conozco, me comprometo y hasta que las cosas no salen, no largo. Y pasó un año, dos… me puse desafíos. Acá donde estamos sentados tenemos talleres, tenemos reuniones con los entrenadores y empecé a ver que había un seguimiento a las ideas, un convencimiento de parte de los entrenadores y que eso en algún momento iba a aportar cada vez que se eligiera un perfil de entrenador para la institución en todas las categorías.
¿Cuál es ese perfil de entrenador?
El estilo que hoy está identificado cuando sale un equipo de Liverpool a la cancha.

¿Cuál?
Entre la posesión, la recuperación, la ocupación de espacios, la paciencia del manejo, el carácter, pensar siempre en ganar de la forma que el reglamento lo permite. Acá en juveniles trabajamos mucho y hace mucho tiempo que no se puede hacer tiempo (durante los partidos), está prohibido, hoy ya no tengo ni que mencionarlo porque los jugadores ya lo saben.
¿Qué más?
Entre los requisitos existe que deben desarrollar un mínimo de salidas de fondo con aplicación de distintas estrategias de la presión alta, de la presión media, de la presión baja, una recuperación rápida del balón.
¿Le hacés un seguimiento para que se cumplan todas?
Sí, y estamos cuando vemos que hay alguna falla, nos reunimos y hablamos sobre los temas.
¿Los futbolistas de formativas de Liverpool tienen que salir jugando siempre?
No.
¿Pueden recurrir al balón largo como forma de salida?
Hay necesidades para fortalecer la imagen, que también están relacionadas con las estadísticas, que no es el primer ítem que ponemos. En juveniles, el primero es el progreso. Los recursos que tenemos con los jugadores que recibimos están planteados de esta forma: el que es bueno debe terminar siendo muy bueno y el que es muy bueno tiene que salir sobresaliente. Si nosotros tenemos los mejores talentos y conseguimos los mejores talentos y ese talento llega siendo muy bueno y se va siendo muy bueno, hay algo que no funcionó en todo el proceso.
¿De dónde salen los futbolistas para juveniles? ¿A qué zonas los van a buscar jugadores? ¿O ya vienen directo al club?
En Liverpool vienen.
¿Lo eligen a Liverpool?
Sabes que sí.
¿Qué pasa si un jugador viene con un empresario o un representante?
Se atiende a todos por igual. No tiene beneficio ninguno dentro de la estructura de la elección deportiva. El que viene sin un representante y el que llega con un representante se mira por lo que juega y no por quién lo representa.
¿Cuántos futbolistas tienen Liverpool en juveniles?
Hoy estamos hablando de unos 200 federados.
Esto quiere decir que uno de cada cuatro futbolistas de juveniles estudia en la UTU que está en el club.
Y también hay un convenio con un colegio privado, con contraprestaciones.
¿Es obligatorio estudiar?
Sí, es obligatorio, y si hay una llegada tarde, hay algún desorden en UTU que entendemos no es algo correcto, está íntimamente relacionado con el fútbol, y capaz que el fin de semana (ese juvenil) no juega.
¿Las repercusiones a sus actos en los estudios son deportivas?
Sí.

¿Por qué Liverpool ganó 10 de los últimos 34 títulos que se jugaron al fútbol uruguayo?
Porque hay una cabeza (José Luis Palma) que tiene una coherencia administrativa, y políticamente lo tiene muy claro. Primero conoce la institución y después el fútbol en sí. Todos tenemos una libertad de trabajo absoluta en la forma deportiva, siempre la última palabra la tiene el presidente, pero sabe que la gente que trabaja está alineada por convicción, no está alineada porque hay una persona que nos obliga a hacer las cosas que no tenemos ganas de hacer. Para eso, a todos los staff que están dentro del club se les baja la misma línea, tienen todos las libertades de trabajo dentro de un lineamiento en el que están las conductas deportivas, como dije anteriormente, y hay ciertas pautas de la formación para competir, que no están hechas al azar. Se les explica cuál es la razón de esas pautas para competir. Cuáles son los matices que va teniendo el fútbol en las últimas décadas para ir cambiando desde las reglas de juego. No estamos equivocados, porque ahora va a salir una regla de que el arquero no puede hacer tiempo, la regla no la sabíamos pero la vengo predicando hace ya dos o tres años porque se veía venir.
En general los futbolistas en Uruguay se van a los 18, 19 o 20 años. En Liverpool se van a los 21, 22, 23 y 24. ¿Por qué? ¿Es parte de la política institucional?
Puede haber dos causas. Una es que muchas veces los clubes tienen necesidad de vender, y en la primera oportunidad que tienen venden. En el club se trabaja mucho para que cuando el jugador sale, no regrese, y eso creo que también el presidente lo tiene muy claro. La otra causa es que el club no tiene un apresuramiento económico de desprenderse de los jugadores.
¿Elige el precio, no le imponen el precio?
Sí, pero también deportivamente por Federico Pereira o Luciano Rodríguez, por ejemplo, hubo muchas ofertas, o en alguna oportunidad algún jugador está ansioso y se quiere ir y allí está la habilidad que tiene el presidente de hacerle ver al futbolista que capaz que no es el momento y que podrán salir mejores oportunidades para irse más maduros. Es importante que el jugador que se va no regrese porque no se adaptó al club que salió.
¿Tenés charlas semanales con Palma?
A veces tres veces en un día y a veces hay una semana que no hablo. Ya son muchos años.

¿Cuál fue el momento que de alguna forma te marcó con él?
He estado cuatro horas hablando con él. Es una persona muy rica en conocimiento, y no siempre estamos hablando de los problemas del fútbol.
En alguna charla, ¿hubo algo que te haya sorprendido?
Sí, es un gran orador, una persona que es convincente cuando habla. Impacta no solo en los mano a mano, que he tenido en muchas oportunidades. Cada vez que hay una reunión, él impacta. Por eso me gusta escucharlo, me gusta escucharlo porque sé la repercusión que tiene. Y también sé que no impacta porque es el presidente, impacta por lo que dice y cómo lo dice. Porque puede pararse como presidente y como hombre líder de este proyecto y hay que escucharlo porque hay que escucharlo, pero la gente lo escucha porque le gusta escucharlo.
¿Cómo se sostiene en el tiempo este éxito de Liverpool?
Creo que hay que continuar en esa línea de evaluar, buscar una reflexión sobre lo que se está haciendo, cómo se manejan el presente y el futuro, y las modificaciones que tiene que haber. Hay un acompañamiento en lo que el fútbol demanda. Hay que acomodarse en distintas instancias. Desde 2019 a 2025 cambiaron reglamentos, el contexto, el entorno, instituciones que van creciendo, que también van poniendo competencias más altas, entonces creo que en esos pasos debe ir una continuidad de crecimiento coherente, no alocado ni lírico.
El título de Uruguayo 2023 fue título de la cantera, el del reciente Apertura del reciclaje de jugadores de diferentes clubes. ¿Hay momentos para uno y otro? ¿Hay que saber leer la cantera para buscar importados y hay que evitar que los importados te tapen la cantera?
El club vendió mucho y eso fue una habilidad. Creo que la cantera tiene que tener una importancia fundamental y hay que animarse a poner en Primera división y no poner en Primera división para decir hacemos debutar y hacemos debutar gente y que no prospere. Yo creo que hay que animarse, hay que apoyarlos y hay que instruirlos para que se acoplen a un rendimiento en el profesionalismo. También Liverpool este año ha tenido jugadores que han venido de otras instituciones, pero el grueso del plantel, el que entrena todos los días, en el banco de suplentes hay gente que está esperando su oportunidad y que son jugadores de la casa.

Cuando llegaste en el 2019, ¿imaginaste que seis años y medio después iban a estar acá, en este tono, con diez títulos ganados, con todo este proyecto liderado por vos, con un equipo de trabajo muy grande? ¿Lo imaginabas así o superó la expectativa?
No me gusta que digan que yo lidero el proyecto, solo estoy aportando desde mi función como área deportiva, porque soy entrenador y estoy trabajando tanto con Primera división como con juveniles. El proyecto lo hacemos todas las personas que estamos acá dentro. Todos estos entrenadores que ustedes vieron ahora y que pasaron por acá están aportando permanentemente el flujo para que esto funcione y que son los hacedores, en igual medida, y no lo digo con falsa humildad, lo digo porque es la realidad. Hoy me doy vuelta y puedo ir a otro lado y sé que están comprometidos con el trabajo. Entonces, realmente siento eso, que se pueden lograr cosas importantes. Nunca imaginé que podía llegar a pasar todo esto.
¿No lo imaginaste?
No.
Liverpool, ¿puede ser el tercer grande del futbol uruguayo?
En proyección puede llegar a ser el tercer grande. Hoy, si viene un extranjero y hacer un análisis de los últimos 34 torneos que se han jugado y ve que Liverpool ganó 10, dice, ‘es uno de los grandes del fútbol uruguayo’. Después detrás hay una historia, que es muy rica, que es la que tiene un peso muy grande, de que hay etapas gloriosas tanto de Nacional y de Peñarol, y hay lapsos no tan continuos de Danubio y de Defensor, no tan continuos como lo ha tenido Liverpool pero sí son dos equipos que se han ganado un respeto frente a los grandes y que después se fueron, no sé las razones ni me compete decirlas, pero se fueron diluyendo. Creo que Liverpool tiene menos posibilidades de que se diluya. Y la grandeza de que futbolísticamente se ha ganado el respeto frente a los grandes. Entonces, ¿en qué medida puedo decir que se proyecta como tercer grande? En que va a construir un estadio, que tiene un complejo modelo, que hay una línea de trabajo coherente, que da superávit, que tiene... y me puede dar la sensación de que es un equipo, yo no sé si tendré vida para poder verlo, pero tal vez pueda ser competencia de uno de los grandes del fútbol uruguayo.

¿Hasta cuándo te imaginas acá en Liverpool?
¡Pah! No sé, yo aprendí porque siempre estuve mirando el futuro, el futuro, el futuro y un día me di cuenta que no vivía el presente. (Se entrecorta su voz y se emociona hasta las lágrimas). Hoy vivo el presente, hoy vivo, hoy estoy acá, mañana no sé, sé que soy feliz acá, que estoy feliz. Vieron cómo es el ambiente que tengo con la gente, como tengo en Primera división, con los gurises, con todos los gurises, que si no nos corremos bajan 100 y pasan 100 a saludar y no tienen obligación de hacerlo. Y eso es vida. ¿Qué precio tiene eso, cuánto vale? ¿Salir afuera y ganar más dinero, o tener el regocijo de poder venir y entrenar acá y encontrarme en un ambiente totalmente profesional y de felicidad? Y te digo una cosa más: he escuchado muchas entrevistas de los futbolistas en este momento y todos hablan de que están felices en el club. Lo dijo Abel hace dos días, jugó en las mejores ligas del mundo, ha pasado por los mejores complejos, por las mejores atenciones y está en un lugar que si bien no tiene lujos porque él entrena en estas canchas, va a esa sala de musculación (señala un viejo galpón que fue acondicionado como sala de entrenamiento) en la que ahí hizo la recuperación y ha sido un ejemplo más para todos los que lo han visto llegar acá, entrenar y recuperarse. Entonces, el dinero y la fama tiene cosas que a veces a la gente la regocija. Yo aprendí en la vida que hay otras cosas que son tan o más importantes que esas.
¿Cuáles?
Vivir el presente, vivirlo feliz, disfrutar de lo que hago. Eso no tiene precio.
¿Te imaginas a Liverpool sin Palma?
Pah! No, no, no.
Noticia rastreada 23 de mayo 2025 - 10:15 CET @bostero.dev