Esta historia de Liverpool campeón del Torneo Apertura la comenzaron a construir en octubre del año pasado.
El intento del presidente José Luis Palma de encontrar una joya como entrenador en Emiliano Alfaro, un hijo del club, se hundió ante el peso de los resultados.

De todas formas, antes de darse por vencido en su objetivo de encontrar en el exgoleador un buen director técnico, se tomó todo el tiempo del mundo. Le dio 37 partidos, ganó la Supercopa Uruguaya 2024, pero entre la Sudamericana, eliminado en primera fase, y el recorrido en el Campeonato Uruguayo que lo colocó en el fondo de la tabla terminaron por cerrar una etapa.
Entonces sonó el teléfono de Paulo Pezzolano, el entrenador que marcó un antes y un después en la historia del club no solo porque le dio a los negriazules el primer título oficial en Primera División sino porque construyó la nueva identidad del club de Belvedere.

El nombre que entró en la charla fue el de un desconocido Joaquín Papa. ¿Joaquín Papa? Había trabajado en Nacional, en Rentistas una temporada y se había ido con Pezzolano a su primera experiencia europea, en Valladolid. Tenía 37 años el año pasado y formaba parte de la nueva generación de entrenadores que empujaba con singular entusiasmo y mucha información, videoanálisis y el estudio del fútbol en profunidad.
Pezzolano veía en este joven e inquieto director técnico la pieza que estaba necesitando Liverpool para volver a hacerlo andar.
Alfaro se despidió de su casa el 4 de octubre después del empate ante River Plate.

Gustavo Ferrín (director deportivo del club desde mayo 2019) dirigió en forma interina en la derrota con Fénix y el empate ante Wanderers, y Papa debutó el 21 de octubre con derrota 2-1 ante Defensor Sporting.

Aquel partido en el Franzini llenó de dudas. Empezar perdiendo no fue una buena señal y las miradas de desconfianza dominaron la tribuna. No era para menos.
Sin embargo, rápidamente le dio un giro a la historia. Cerró el año con siete partidos en total distribuidos en tres triunfos, dos empates y dos derrotas.
El último partido y la llegada del primer gran refuerzo: Martín Rabuñal
El 30 de noviembre del año pasado, en la goleada 3-1 ante Cerro, no solo cerró la temporada 2024, en la que sumó un colchón de 11 puntos de 21 posibles para la tabla del descenso 2025 que empezaba a inquietar a los hinchas, sino que comenzó a dar forma al equipo con el que aspiraba a ganar el Apertura 2025.
Una charla con Martín Rabuñal, en ese momento jugador de Cerro, encendió la primera luz en el camino de Liverpool campeón.

A lo largo de los últimos seis años y medio, en los que ganó 10 título, Palma se especializó como dirigente de fútbol, estudió, le puso cabeza empresarial y puso en práctica la mejor fórmula low cost en el negocio del fútbol, con un faro fundamental: descubrió que es tan importante la cantera del club como el reciclaje de futbolistas.
Entonces, en esa búsqueda de buenos futbolistas que transitan por un proceso de inestabilidad, Rabuñal se transformó en la primera de las piezas elegidas para armar el equipo de 2025.
La llegada de Abel Hernández
Liverpool está acostumbrado al reciclaje de calidad, cuando reclutaron a Thiago Vecino (en caída libre en Nacional), Gonzalo Carneiro (arrastraba años de crisis como consecuencia de una suspensión por dopaje) y Ruben Bentancourt (de Peñarol se fue a Belvedere en busca de resurgir), todos talentosos que encontraron en el remanso de Liverpool el terreno fértil para volver a despegar.
Abel Hernández se transformó en todo eso que necesitaba Liverpool para terminar de construir al campeón.
Un goleador de su talla para un equipo que se terminaba de formar con grandes particularidades, y que encontraría en el delantero la razón para hacer realidad sus sueños.
Abel fue el goleador del Torneo Apertura:
Había más. Nicolás Vallejo llegó de Independiente de Argentina, Nicolás Cabral de Cerro Largo y Gonzalo Nápoli de León de México.

Con un poco de la base de 2024, Sebastián Lentinelly, Facundo Perdomo, Agustín Cayetano, Hugo Quintana (llegó en préstamo de Olimpia en agosto del año pasado) y Kevin Amaro, más los refuerzos y la gran apuesta por Abel Hernández, Papa construyó el campeón.
Liverpool estuvo 17 partidos invicto, los últimos cuatro del año pasado y los 13 primeros de esta temporada. Su única derrota fue frente a Juventud, en la penúltima fecha del Apertura, en un duelo directo por el título. Perdió 1-0, pero nada lo frenó en su carrera por ganar el primer torneo de la temporada de la Liga AUF Uruguaya 2025.
En el Apertura 2025 jugó 15 partidos. Ganó nueve, empató cinco y perdió uno. Tiene el mejor promedio de goles en contra: 0,5 de los 16 clubes de Primera. Recibe uno cada casi dos partidos, y marcó 22 con una media de 1,5 por encuentro.
Así terminó en la tabla de posiciones:
Finalmente el equipo que este domingo fue campeón apoyó sus pilares en un par de jugadores de la cantera (Lentinelly y Amaro), el buen ojo para incorporar juveniles que otros clubes dejan libre o ya no utilizan, pero que aún tienen posibilidades de madurar (Perdomo, Cayetano) y el reciclaje perfecto que ayuda a conformar un equipo low cost (Napoli, Rabuñal, Abel Hernández) y extranjeros que juegan en el fútbol uruguayo como si hubiesen crecido en sus canchas (Cabral, Quintana, Vallejo), Liverpool fue el mejor del Apertura, se aseguró un lugar en las finales de la Liga Uruguaya 2025 y participar en una copa internacional de Conmebol en 2026.
Noticia rastreada 20 de mayo 2025 - 10:15 CET @bostero.dev