
Los entrenadores siguen siendo los primeros en dejar sus cargos cuando los resultados en la cancha no son positivos en el fútbol uruguayo. Son pocos los clubes que tienen paciencia. Este viernes se confirmó el despido del cuarto entrenador de Primera división, cuando apenas van cuatro fechas disputadas del Torneo Apertura. Los primeros dos en quedar sin trabajo fueron Walter Pandiani en Miramar y Darío Rodríguez en Racing.
El jueves, tras quedar eliminado de la Copa Sudamericana, Wanderers decidió cesar a Antonio Pacheco.
Alejandro Apud, afuera
Y este viernes, luego de la reunión de comisión directiva que se realizó al mediodía, Danubio destituyó a Alejandro Apud, tal como había adelantado Referí.
El Turco Apud fue contratado por Danubio en abril de 2024, en la segunda mitad del Torneo Apertura, reemplazando a Mario Saralegui.
Hasta fin de año dirigió 33 partidos, con 12 victorias, 13 empates y ocho derrotas. De modo que los presididos por Arturo del Campo resolvieron renovarle el contrato.
En la presente temporada el franjeado no ha tenido un buen arranque. Empató los cuatro partidos del campeonato local, contra Liverpool, Juventud, Cerro Largo y Progreso.
A esto se le suma que también igualó con Cerro Largo por la primera ronda de la Copa Sudamericana, y quedó afuera por penales.
Una costumbre uruguaya
La salida de los entrenadores tras los primeros tropezones, es normal dentro del profesionalismo uruguayo. Es más fácil echar a uno (aunque también se van sus ayudantes) que a todo el plantel de futbolistas.
En 2019, tras salir de Racing, Apud dijo a Referí que el recambio de entrenadores se da en general “por una falta de convencimiento de los dirigentes, porque si están convencido del técnico que contratan, se supone que le tienen que dar continuidad y ser constante con la propuesta que ofrece o que te convenció de ese entrenador. Nuestros dirigentes fluctúan mucho con la hinchada, con la situación del momento y no tienen una mentalidad más profesional con respecto al entrenador que traen, de decir, a esto aposté y con esto voy a buscar la salida”.
En el año 1995 los entrenadores lograron una indemnización de tres meses de sueldo cuando eran despedidos unilateralmente por los clubes y en 1999, después de una huelga, se consolidó el Estatuto que obligó a los clubes a pagar y si no lo hacen pueden perder los puntos y hasta quedar afuera del siguiente torneo, explicó a Referí Ariel Longo, presidente de Audef, el gremio de los entrenadores.
“En ese tiempo los echaban a los técnicos y ni siquiera les pagaban. Nosotros logramos una indemnización de unos meses, que no es lo ideal y quisiéramos mejorarla en otro momento, pero era una de despedir entrenadores brutal también”, dijo Longo.
Agregó que “los entrenadores tenemos la piel súper gruesa para poder soportar los embates de las derrotas y poder sobreponer al equipo, pero a veces no nos da el tiempo. Nosotros vamos como empleados de jerarquía a los clubes, no vamos como dueños absolutos de la parte deportiva, hay una directiva a la cual nos debemos y así como nos contratan así nos cesan”.
Noticia rastreada 7 de marzo 2025 - 18:45 CET @bostero.dev